La deshidratación en las personas mayores puede ser un problema muy serio. Las olas de calor en verano también traen consigo que muchas personas presenten golpes de calor con una alta mortalidad. Por ello, toca hablar de hidratación en las personas mayores. Hace unos días publiqué una entrada en nutrición donde daba una idea de dieta saludable en los seniors. Como lo podréis ver, di mucha importancia al agua y líquidos. Si durante todo el año debemos estar atentos a la deshidratación en estas personas, en verano aún más.
Problemas en la tercera edad y la hidratación
Para hacer esta entrada lo menos compleja, podríamos resumir que las personas mayores pueden presentar los siguientes problemas y agrego algunos consejos en cada punto:
- Con la edad tenemos menos capacidad de detectar si sentimos sed. Es un proceso «normal» en el envejecimiento, pero muy peligroso. Lo que podemos hacer es ofrecer líquidos frecuentemente. También podemos ponernos un recordatorio cuando las personas viven solas. Por ejemplo: podemos poner una botella de agua muy visibles de 500 ml 2 o 3 veces al día.
- Deterioro cognitivo, demencia o problemas de memoria. Este es un problema serio porque en este caso las personas necesitan probablemente de otra persona para poder recordar que necesitan tomar líquidos. Antes de la pandemia, 2 millones de personas mayores en España vivían solas. Si tenemos un familiar o conocido mayor que vive solo podemos ir a visitarle o llamarle diariamente. Les saludamos y les decimos que por favor pongan líquidos a la vista.
- Polifarmacia. Las personas mayores frecuentemente están polimedicadas y muy frecuentenmente presentan medicación que no es necesaria para ese momento. Por ejemplo, puede que la persona en cuestión haya necesitado diuréticos pero que ya no lo necesite. Esta medicación puede ser un factor añadido en la deshidratación. Un grupo de riesgo reconocido por el Ministerio de Sanidad por ejemplo, son los que usan betabloqueadores (antiarrítmicos). Por ello, el inicio del verano puede ser un buen momento para hacer una revisión de la medicación por un médico especialista.
- Comorbilidad. Los problemas cardiacos son más frecuentes con la edad, y en algunas oportunidades se restringen los líquidos en las personas mayores. Otras veces se confunden los edemas de miembros inferiores debidos a insuficiencia venosa (en el que el tratamiento puede ser el acto de levantar las piernas) con insuficiencia cardiaca y se pautan diuréticos que no se necesitan. Las personas diabéticas son un grupo de riesgo por las alteraciones neuronales que padecen. En este caso mi recomendación es la misma: consultar con una especialista.
- Problemas de movilidad. Muchas veces las personas tienen sed pero o tienen mucho dolor en las articulaciones, o tienen problemas de la marcha, o tienen secuelas de un ictus y el ir por líquidos es difícil. En estos casos podemos buscar alguna forma de acompañar a la persona en casa o un lugar para personas mayores (que podría ser una residencia o un centro de día). En algunos casos tendremos que coordinar con los servicios sociales para apoyo social a la población de mayor riesgo.
- Disfagia. Las personas con disfagia a líquidos muchas veces se niegan o son reticentes a tomar agua con espesante. En verano darles agua se puede volver una verdadera lucha. Mi consejo sería darles diferentes presentaciones de líquidos, no siempre tiene que ser agua. Se puede poner espesante a casi todo. Los zumos, las bebidas como Casera, lo que a las personas más le guste. Se puede ofrecer gelatinas, yogures, etc. O tener muchísima paciencia para ofrecer muy poco a poco los líquidos.
- Problemas en la residencia habitual. Muchas personas no tiene aire acondicionado y algunas presentan enfermedades que únicos a que viven en lugares con malos accesos a sus viviendas no puedan salir de casa a lugares menos calurosos (casas sin ascensor, sin rampa, etc).
Síntomas de la deshidratación
La medicina en las personas jóvenes es bastante más sencilla que después de los 65 años. Antes de esas edad si necesitamos agua, tenemos sed y tomamos agua. Después de esa edad podemos tener varios síntomas y alteraciones que nos indican un problema importante de deshidratación establecida
Irritabilidad, confusión, delirium. Es otro síntoma angular de los adultos mayores ante muchas enfermedades como la deshidratación, sobre todo los más dependientes.
Caída: Es un síntoma muy frecuente en muchas enfermedades a esta edad. Lamentablemente el 5% de las caídas pueden producir una fractura de cadera que es una enfermedad familiar (muchas personas dejan de trabajar por cuidar a sus padres o tiene que contratar a otra persona para el cuidador o tienen que optar de un momento a otro por una residencia de ancianos). El 1% pueden terminar en un traumatismo craneoencefálico que también es un problema muy importante.
Sequedad de boca, ojos hundidos, respiración y frecuencia cardiaca rápida. En este momento lo ideal sería consultar. Si la persona se niega a tomar líquidos, hablarle con más dulzura aún. No siempre es fácil llegar a todas las personas, pero con empatía y muestras de cariño es más fácil.
Insuficiencia renal o daño en el riñón. Si vemos que en toda la mañana o la tarde, o una noche no se ha realizado una micción o que ésta es muy escasa o muy oscura, tenemos que beber u ofrecer mucha más agua e incluso ir a una consulta médica.
Golpe de calor. En el año 2003 se publicó que solo afectó a los mayores de 65 años. Esta enfermedad cursa con fiebre, alteración del estado mental, síncope, taquipnea (respiración rápida), taquicardia (frecuencia cardiaca rápida). Se pueden tener nauseas y vómitos. Este es un problema que requiere de una atención urgente y el pronóstico dependerá de la rapidez de las medidas.
Conclusiones y otras recomendaciones
- La hidratación es un tema muy serio a partir de los 65 años. La deshidratación puede estar provocado por problemas propios de la edad, enfermedades, médicamentos, situación mental y física.
- El inicio del verano puede ser un buen momento de consultar con el geriatra y valorar la medicación.
- Es importante que en las personas de riesgo se tenga un plan familiar, social o comunitario, para que estas personas tengan acceso a hidratarse mejor y a estar en lugares menos calurosos.
- No siempre se debe ofrecer agua, se puede ofrecer una cerveza sin alcohol por ejemplo (el alcohol deshidrata), una bebida apetitosa. Hagamos uso de las frutas con más contenido de líquido como las sandías, los melones, las peras. Podemos ofrecer a media mañana gelatinas, yogures, etc.
Vídeo con aún más sugerencias
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